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lunes, 29 de diciembre de 2014

El candidato bárbaro y los Derechos Humanos

Mi nota de ayer domingo en The Buenos Aires Herald:


Y la versión en Castellano, en Para Página/12 del 31 de Diciembre:

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-263003-2014-12-31.html

Sería a todas luces preferible no tener que referirse a un candidato presidencial opositor que hasta parece contar —por momentos— con cierto beneplácito de muchos kirchneristas que inconscientemente lo ven, seguro que por sus pocas luces, como el candidato ideal para enfrentar dentro de diez meses. Allá ellos, y allá también los muchos argentinos/as que ya tienen decidido votarlo y de hecho lo sostienen como alcalde de la capital de la república. Pero hay límites, o, dicho de otro modo, hay dislates, torpezas o provocaciones (o como se las quiera llamar) que no se pueden dejar pasar en silencio.

Por caso, la infeliz expresión despectiva acerca del supuesto (por él) "curro de los Derechos Humanos". Que esta semana que pasó completó al insistir con otra variante: que "los Derechos Humanos no pueden servir para el revanchismo", y que "lo que ahora debe importarnos son los Derechos Humanos del Siglo XXI".

No son errores políticos de este sujeto, ni frases desafortunadas de ocasión. Son la pura y profunda expresión de una ideología miserable que, por fortuna, la Democracia ha sabido aplastar con Memoria y Verdad, y con leyes y Justicia, y también con una educación ejemplar en la materia, tanto a las generaciones de chicos que cursaron y cursan las escuelas argentinas (especialmente las públicas) como al mundo entero que ha sabido mirar éste, que es el mejor espejo de la Argentina, el más noble, el más humanista, el más enorgullecedor de nuestro pueblo.

Cuesta no proferir palabras groseras hacia este candidato que podría llegar —Dios no lo quiera— a la Presidencia de la República. Tiene para ello un lobby gigantesco detrás, empresarial, bancario y sobre todo periodístico, además de la siempre argentina pobre inocencia de la gente, que es una marca nacional como lo es el cretinismo contumaz de los sectores más poderosos, ricos y abusivos de esta compleja sociedad nuestra.

Cuesta mantenerse frío y sereno cuando este personaje, uno de los poderosos de este país, es capaz de proferir, 31 años después de la mayor tragedia de nuestra historia, semejantes barbaridades. Porque eso son, barbaridades, o sea dichos o hechos necios e imprudentes. Tanto como algunos otros que componen su currículum, y sobre todo ilustran acerca de sus cualidades morales. Por caso, cuando a fines de los 80, en Morón, el entonces intendente Juan Carlos Rousselot intentó aquel gigantesco negociado con la construcción de cloacas que le costó la carrera política: hay muchas fotos en la web que muestran que quien firmaba el convenio por la parte empresaria era este mismo entonces joven "empresario".

Luego fue también procesado por contrabando y cobro de reintegros por exportaciones e importaciones de autopartes al Uruguay, como informó el diario La Nación en amplia nota del Viernes 23 de febrero de 2001. Claro que después fue absuelto, en 2003, por la Corte Suprema de "mayoría automática" instalada por el menemismo, absolución que fue uno de los motivos para la destitución del ministro Luis Moliné O'Connor. Y causa tan compleja, se diría, que en 2006 el juez que la había llevado, Carlos Liporace, renunció para evitar su inminente juicio político.

Más recientemente, en 2009 y ya como jefe de gobierno porteño, este hombre fue nuevamente procesado, ahora como cabeza de una organización o red montada para espiar a políticos y empresarios, causa que sigue abierta.

Bueno, éste es el candidato que dice que la lucha y los logros de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, y de todos los organismos de Derechos Humanos son "un curro" y "no sirven para la justicia sino para el revanchismo"
(cuando jamás hubo un hecho de venganza o de violencia contra genocidas, asesinos y apropiadores de niños, todos los cuales han tenido y tienen todas las garantías legales que ellos negaron a sus víctimas).

Y es el mismo que declara, seguro que sin pensarlo, que lo que importa "son los Derechos Humanos del Siglo XXI", lo cual él mismo niega sistemáticamente al negar derechos a vivienda y subejecutar partidas para asistencia social, salud y cultura.

Difícil saber si también en este caso por sus frutos los conoceremos. Pero por sus barbaridades, seguro que sí. • 

domingo, 28 de diciembre de 2014

Lecturario # 32 - Bombal, Premio García Márquez, Pancho Villa-Palou

* En la pasada Feria de Guadalajara la antigua y renovada editorial chilena Zig-Zag me invitó a presentar su flamante edición de las Obras Completas de María Luisa Bombal (1910-1980). Un libro impresionante, en tapas duras y de cuidadísima edición, con un extraordinario trabajo introductorio de Lucía Guerra, académica chilena de la Universidad de California-Irvine.
            La lectura de las dos novelas de Bombal —que recomiendo enfáticamente— es una delicia y un fabuloso aprendizaje.
            Yo conocía "La amortajada" (1938) publicada en Argentina hace muchísimo años por el Grupo Sur y que estaba en la biblioteca de mi madre. Pero no había leído su novela anterior, "La última niebla" (1934), que me parece ahora una joya, un libro precursor del surrealismo latinoamericano y además una obra maestra de lo que yo llamaría un fino feminismo precursor. Escrita en la pacata ciudad de Santiago de los años 30 por una muchacha que se atrevía a una historia de celos y adulterios, con escenas eróticas completamente inesperadas para la época, hoy llama la atención por eso pero también por la impactante vigencia de este texto. El erotismo allí, por cierto, es tan sutil y delicado como sugerente y explícito a la vez. Sé que suena casi a oxímoron, pero es así, compruébenlo leyendo este libro hermoso y conmovedor, texto poético narrativo que hace 80 años fue considerado de vanguardia por la crítica académica y el periodismo literario, que aclamó a MLB como la "primera escritora latinoamericana que se atreve a describir el acto sexual", en palabras de Lucía Guerra.
            Más surreal aún es la otra novela, "La amortajada", que yo recordaba vagamente y ahora disfruté por la originalidad de su planteo: una mujer que ha muerto, ya en el cajón en que la están velando, "mira" a cada uno de los deudos que vienen a despedirla y evoca entonces sus amores y pasiones, fragmentos de sus vidas y de la suya, y todo, claro, con una sinceridad como sólo la muerte ha de permitir. Novela impresionante, llena de hallazgos, fascinó a su generación y la siguiente, al punto que el enorme Carlos Fuentes dijo de María Luisa Bombal que "es la madre de todos los escritores contemporáneos de nuestro continente".
            Su obra, desde ya, no merece el olvido en que parece estar y por eso este rescate es tan saludable. Elogiada por Borges, Girondo, Victoria Ocampo, Rulfo y tantos más, la obra relativamente escueta de esta fascinante escritora chilena que vivió muchos años en Buenos Aires, donde se hizo de un nombre y logró respeto literario antes de trasladarse a vivir en Nueva York, se completa con algunos cuentos y con diversas crónicas y otros escritos, entre ellos una notable entrevista a Sherwood Anderson y su discurso ante la Academia Chilena de la Lengua.
            El libro se cierra, y acaso es lo que mejor la retrata, con un testimonio autobiográfico y una selección de cartas que la muestran apasionada, intensa, en carne viva y prefigurando su vida, incluído el frustrado asesinato de su amante Eulogio Sánchez, a quien le disparó tres balazos en la puerta de su casa en Santiago, y también sus intentos de suicidio. Es un libro fascinante, especie de puerta de oro a una vida trágica y a una obra excepcional.
           
* Otra sorpresa preciosa que viví en estos meses fue en Bogotá, y como miembro del Jurado del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, dotado de 100.000 dólares al mejor libro de cuentos publicado en el mundo de habla castellana durante el año anterior.
            Junto con mis colegas el salvadoreño Horacio Castellanos Moya, la española Cristina Fernández Cubas, el mexicano Ignacio Padilla y el colombiano Antonio Caballero, por mayoría decidimos otorgar este primer galardón a Guillermo Martínez (Bahía Blanca, 1962) por su libro "Una felicidad repulsiva", libro que yo había leído anteriormente y que incluso comenté en un Lecturario. Los otros cuatro finalistas, también autores de libros valiosos, estuvieron presentes en la ceremonia invitados por el Ministerio de Cultura de Colombia, que compró 1.500 ejemplares de cada uno de esos cuatro libros para distribuirlos en bibliotecas de todo el país. Esos finalistas y libros fueron:
            -Oscar Sipán (Huesca, España, 1974). "Quisiera tener la voz de Leonard Cohen para pedirte que te marcharas" (Editorial Base). Un libro delicioso y originalísimo en el manejo de metatextos, que en mi opinión fue el otro gran finalista.
            -Héctor Manjarrez (México, 1945). "Anoche dormí en la montaña" (Ediciones Era). Un libro sólido, provocador y agudo, rico en imágenes, sexo y lenguaje directo que muestra en plenitud a un consagrado maestro del cuento mexicano, además viajero experimentado y astuto.
            -Alejandro Zambra (Santiago, Chile, 1975). "Mis documentos" (Anagrama). Otro libro notable, con cuentos que narran un mundo que parece girar en torno a una nada existencial típica de burguesía capitalina. Episodios amorosos, familiares y viajes en un marco tecnológico contemporáneo.
            -Carolina Bruck (La Plata, Argentina, 1974). "Las otras" (Adriana Hidalgo). Cuentos bien elaborados, ingeniosos y plasmados en una escritura ambiciosa, que parecen resultado de virtuosos talleres literarios, narrados desde una primera persona típicamente argentina.
            El trabajo valió la pena y resultó gratificante por el buen nivel de los debates con los colegas. Y cabe decir también que hubo otros 10 semifinalistas de diversas procedencias, que me hacen pensar que este género que tanto amo sigue vivo y renovándose, al menos en nuestra lengua. En ése y varios otros sentidos, las de Bogotá fueron para mí jornadas estupendas, que aproveché para releer también a GGM, el enorme maestro colombiano. ¡Qué bárbaro! Sé que estoy en la edad de las relecturas y por eso encontrarme en Colombia con "La mala hora" cuarenta años después fue un regalo, una gozada. Me volvió a volver loco, si me permiten la redundancia.

* Y ya que de viajes se trata este Lecturario, y dado que se me mezclan las lecturas, no quiero dejar pasar el "Pancho Villa" de Pedro Ángel Palou, que él mismo me obsequió en Guadalajara. Me lo devoré en el vuelo de regreso y quiero recomendarlo porque es una genial reconstrucción textual de Villa a partir de su ficcionalizada voz en primera persona. El libro se titula "No me dejen morir así. Recuerdos póstumos de Pancho Villa", lo publicó Planeta en México y es una especie de autobiografía novelada y en primera persona del indomable revolucionario mexicano que protagonizó los primeros veinte años del siglo pasado.
            Para quienes conocemos la historia de la Revolución Mexicana (yo leí muchísimos libros sobre esa gesta y escribí una versión para jóvenes por encargo de la vieja Editorial Códex, antes de exiliarme), el personaje es obviamente familiar. Pero para quienes sólo tienen vagas ideas sobre Villa, este texto de Palou resultará maravilloso. La impresionante voz narrativa que ha creado sigue las andanzas de quien fuera llamado El Centauro del Norte, y lo hace como si estuviera conversando con el lector. Similar estrategia narrativa a la que ensayó hace años nuestro Félix Luna en uno de sus mejores libros: "Soy Roca" (publicado por Planeta Argentina en los años 90). 


jueves, 25 de diciembre de 2014

Cuento de Navidad 2014

Como todos los años, en la contratapa del diario Página/12 de ayer, 24 de Diciembre, se publicó mi Cuento de Navidad.

http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-262576-2014-12-24.html

Ojalá lo quieran leer, y felicidades a todos/as los lectores de este blog!

jueves, 18 de diciembre de 2014

lunes, 8 de diciembre de 2014

LECTURARIO # 31 - Gorodischer, Operé, Stevenson

 * Éste será un Lecturario fraternal, digamos, porque esta vez quiero hablar de las obras recientes de dos de mis hermanos, en la vida y la literatura: Angélica Gorodischer y Fernando Operé. Dos personas que me regalaron la lectura y el azar y que junto con algunos pocos más hoy son mis compañeros de vida, cuyas opiniones siempre respeto y cuyas obras sigo y me interesan y admiro.
            Y vaya casualidad, si es que la casualidad existe: en los últimos meses los he leído como me gusta leerlos: de a sorbitos, saboreando sus poéticas, reencontrándome con sus universos imaginarios y sensibles.
            Angélica es mi hermana desde que hace algunos años nos declaramos esta fraternidad y decidimos sostenerla y cuidarla. Lo que implica además, pero sólo además, leernos. Porque el amor fraternal excede nuestras creaciones literarias, incluyéndolas.
            De ella he leído muchas de sus obras en originales, y así luego, cuando se publican, las releo sintiendo una especie de regodeo infantil, privadísimo, como de quien confirma que la obra era buena nomás. En los últimos años, "Tirabuzón", "Las señoras de la calle Brener" y ahora "Palito de naranjo", una novela que todavía parece que me tiembla en las manos. Una joya narrativa de escritura impecable, preciosa y no sólo por la tensión del relato, sino por la sabiduría que destila cada página.       
            Es la historia de una mujer fascinante, que ha pasado por todo lo malo de la vida, su vida, y ya de grande la cuenta a una escritora que la graba en sesiones continuadas. Fermina es una chica de origen muy humilde, de padres desconocidos, que vivió en una villa miseria y después pasó por todo: la calle sin techo, la cárcel, el convento religioso, la prostitución, un cafisho que la enamora, la brutalidad de la vida y el desamor, todo eso que, sin embargo, parece incapaz de destruirla.
            Yo la leí despacito, a lo largo de varios días, con la creciente admiración que me producen las grandes obras literarias. Ésta es una de ellas. No se la pierdan, vayan y léanla. (Emecé).

• Durante una reciente visita a Charlottesville, la incomparable ciudad norteamericana en la que está la Universidad de VIrginia, en la que enseñé durante años, me recibió el mismo, delicado Otoño que en cada Octubre se deshoja en amarillos, verdes, rojos y ocres intensos y únicos. Allí vive mi otro hermano, el poeta y catedrático Fernando Operé. Madrileño de origen y valenciano de corazón, es también un orgulloso ciudadano estadounidense y un poeta que en mi tierra diríamos "de la Gran Siete", y cuyas últimas obras parecían estar esperándome, impresas y estupendas.
            Conozco toda la poesía de Fernando, que es nutrida y nutricia, y se puede consultar en su estupenda página web: www.fernandoopere.com.
            Ahora me encontré con sus tres últimos libros, que también conocía desde que eran originales. Uno es "La vuelta al mundo en 80 poemas", una preciosa edición bilingüe de poemas inspirados durante un viaje del poeta, en barco y por los cinco continentes, realizado en 2010 y cuyo tono elegiaco vibra en versos de rendida, incontenida pasión:

            Llorar porque no hay razón para reir
            ni laurel en la ventana.
            La sed regresa cuando se avienta
            la esperanza.
            El mar es hoy un llanto consagrado.

            La estupenda traducción al Inglés se debe a la hoy consagrada actriz neoyorquina Mercedes Herrero. (Colección Biblioteca Nueva, Siglo XXI Ediciones, Madrid, España).
            Otro de los libros de Operé es "Ciudades de tiza", una especie de cántico ceremonial a muchas de las ciudades del mundo que el poeta ha visitado. Son abordajes que fluctúan entre la fascinación y el desencanto, la geografía y las experiencias vividas, todo visto desde los instantes de reflexión y serenidad que ofrecen los viajes. (Gerión de Poesía, Bilbao, España)
            Y el tercero de los libros, y acaso el más original, es un viejo texto de Operé, ahora revisitado y enriquecido por él mismo. Se titula "Refranero de dudas" y es, yo diría, un intenso y personalísimo tratado de paremiología, en el que el poeta discurre con gracia y sabiduría partiendo de dichos populares y apotegmas, lugares comunes y refranes de la lengua castellana. (Renacimiento).

* Finalmente, no me resisto a comentar un clásico siempre recomendable, que me tocó releer casi a la par de mi hija adolescente. Me refiero nada menos que a "El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hide", del genial y siempre delicioso Robert Louis Stevenson (1850-1894), un tipo que me hubiese encantado conocer y que bien mereció llamarse "Tusitala" como lo rebautizaron los habitantes originarios de Samoa, adonde este extraordinario narrador se fue a vivir sus últimos años, y que significa "el que cuenta historias".
            La trajinada y muchas veces no bien comprendida alegoría moral stevensoniana, esta vez, volvió a sorprenderme. Todo el bien y todo el mal caben en un mismo ser, nos dice Stevenson, y en eso pueden caber su maravilla y su desdicha. (Servilibro).
            Descubro, además, que es una gozada exquisita darme cuenta de que no sólo soy lector sino también relector. Enhorabuena. *

jueves, 27 de noviembre de 2014

MÉXICO: El exilio que hemos vivido

Este libro lo escribimos hace años con mi amigo y compañero Jorge Luis Bernetti. Este año se reeditó en Buenos Aires, por editoria Octubre. He aquí el texto de presentación de la editorial:

Jorge Bernetti llegó a México en agosto de 1975; Mempo Giardinelli, apenas después del golpe de 1976. Ambos volvieron a la Argentina en diciembre de 1984. Durante ese tiempo fueron protagonistas de un pedazo apasionante de la historia argentina y latinoamericana. Y al final de ese proceso comenzaron a gestar este libro para hacer “recuentos y memoria”, como pedía León Felipe, escudriñando agudamente la vida… 

México fue para los refugiados argentinos que huían de la atrocidad de la dictadura y sus vísperas un paisaje extraño, muy diferente a lo que dejaban, tan mestizo, tan poco europeo. Un lugar del que ignoraban casi todo, y donde el smog, el transporte, la comida y el agua potable parecían rivales difíciles de vencer. Pero con un pasado y una cultura impresionantes, y una historia de solidaridad con los exiliados que pronto apreciaron en carne propia. 

En estas páginas desfilan los nombres propios de ese exilio, los procesos de adaptación, los debates políticos, la organización, la resistencia, pero también la vida cotidiana, la búsqueda de trabajo y de vivienda, la educación de los hijos, las crisis de pareja. Y las angustias, las dificultades diarias, ese indefinible sentimiento de culpa. Cómo se vivió el Mundial, la “contraofensiva”, la Guerra de Malvinas, los escándalos que involucraron a la colonia argentina. Cómo se votó en 1983 y los fantasmas que despertaba el ansiado regreso. 

Una historia imprescindible, apasionante y contada con el reconocido talento de Giardinelli y Bernetti.

domingo, 23 de noviembre de 2014

martes, 11 de noviembre de 2014

Un regalo en una Biblioteca de Bernal Oeste

Hoy fue un día absolutamente especial. Demasiado, quizás, porque la vida hoy me hizo otro regalo que no sé, realmente no sé si merezco. Por decisión democrática de la comunidad educativa y aprobado por las autoridades educativas de la Provincia de Buenos Aires, se impuso mi nombre a la Biblioteca de la Escuela Primaria Num. 63 y Secundaria Num. 64, de Bernal Oeste, Municipio de Quilmes.
   Es una barriada de trabajadores y familias con muchísimas carencias, fábricas cerradas desde 2001 y alta conflictividad social (está al lado de la así llamada Villa Itatí) pero donde hay, intacto y hermoso, un extraordinario y conmocionante amor a la educación pública. Mas de 700 chicos y chicas se nutren de lecturas en esta biblioteca, dirigida por Helga Aquino Wendling, una experimentada y heroica docente bonaerense, quien con Rosa Veloso y decenas de profes de todas las disciplinas hoy me dieron una clase magistral de amor, coherencia, abnegación y fuerza.
   Cientos de chicos y chicas de todas las edades pintaron los pasillos con portadas y citas de mis libros, leyeron mis cuentos en voz alta, representaron algunos, hicieron filmaciones caseras de otros y me entrevistaron en la modestísima radio de la escuela. Y todo con un afecto como sólo los chicos saben dar.
   No supe no lagrimear durante un par de horas y cuando me tocó hablar les dije que en realidad yo era nadie, que el aplauso era para esas maestras y profes y toda esa comunidad educatiba, y que sólo la Literatura, esas docentes y el azar me habían llevado hasta allí. Y que si la palabra GRACIAS fuera un verbo yo con ellos habría aprendido a conjugarlo en todas sus variantes.
   Volví a la capital y subí al avión para volar al Chaco sintiéndome y sabiéndome más millonario que Paul Singer y todos sus buitres juntos.

Un momento trascendente en materia de derechos humanos

Comparto este artículo, que firmamos a diez manos con el Rabino Daniel Goldman, Roberto Tito Cossa, Fortunato Mallemaci y Alejandro Mosquera.

Se publicó en el diario Página/12 el viernes 7 de Noviembre, y el domingo 9 en el The Buenos Aires Herald. He aquí las dos versiones:

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-259281-2014-11-07.html

http://buenosairesherald.com/article/174254/the-need-to-open-the-church%E2%80%99s-files-remains

sábado, 8 de noviembre de 2014

LECTURARIO # 30 - Devetach, Ravelo, cuentos y más cuentos

* Confieso que tengo mis reparos respecto de cierto tipo de libros dizque de literatura infantil. Ante todo porque no me gustan las modas, que son la cosa más idiota que hay (bien decía Oscar Wilde que son tan tontas que hay que cambiarlas cada seis meses) y también porque muchas veces resultan textos cortos, pretenciosos o moralistas, llenos de diminutivos, con lindos dibujos y supuestamente "fáciles" de leer.
            Así es como se produce mucha escritura desdeñable. Y se ignora aquello tan lúcido que dijo alguna vez Fernando Pessoa: "Ningún libro para niños debe ser escrito para niños".
            Y asimismo rechazo algunos de esos grandes libracos que también están de moda, en los que hay un texto minúsculo, casi un no-texto y muchísimas veces más bien tontín, con ilustraciones preciosas. Yo respeto lo que cada creador quiera hacer, pero con la misma firmeza me resisto a considerar que eso es Literatura. En todo caso, algunos de esos me parecen libros para papás con dinero que pueden darse esos gustos, ellos, porque los chicos —lo he comprobado más de una vez— los miran y siguen de largo.
            Sé que es duro esto que escribo, pero viene a cuento de una lectura muy gratificante que me interesa destacar. "El petirilío", de Laura Devetach, es un magnífico ejemplo de la buena, la gran literatura para niños (que no "infantil", adjetivo que en general evito) que se produce en nuestro país.        
            "El petirilío" es una maravillosa obra de teatro que fue estrenada en Córdoba en 1967 y que parece que no estaba publicada en forma de libro, pero que ahora la notable editorial cordobesa Comunicarte rescata, con estupendas ilustraciones de Rosa González.
            Es un libro divertido, intenso y profundo, un texto lleno de densidad y ocurrencia que sale completamente del común de este género. Un texto, por cierto, que si ya no es un clásico estoy seguro de que va camino de serlo. Hay sustancia en esta historia disparatada precisamente porque hay texto, hay poética y hay música, fantasía, humor. O sea, todo lo que sí llega al alma de los humanos. Incluyendo desde luego a los de poca edad.

* De Medellín traje, y leí de a ratos, una estupenda revista-libro que me llena de nostalgias y emociones porque es, aunque ellos no lo declaran, un homenaje a la revista mexicana "El Cuento" y a mi vieja y argentina revista "Puro Cuento".
            Ésta se llama "Odradek" y la hace y edita un grupo de paisas notables encabezados por Elkin Restrepo, cuentista de mi generación, empeñoso y tenaz, que lleva algo más de una década publicando cuentos colombianos y de todo el mundo. A mí me obsequiaron un ejemplar de 2009 (con textos algo irregulares, de autores/as que yo no conocía); otro titulado "22 cuentos colombianos" publicado en 2012 como edición especial por el décimo aniversario de la revista y que incluye excelentes textos de narradores que aprecio como Consuelo Triviño, Harold Kremer y Octavio Escobar Giraldo. Y también "El pozo y el péndulo", flamante antología del cuento colombiano editada en 2014 que incluye relatos de Manuel Mejía Vallejo, Juan Diego Mejía y otros autores/as notables de la muy notable literatura reciente de Colombia.
(Castor & Polux y Silaba Ediciones).

• Por cierto, el colega mexicano Alfonso Pedraza me envía un ejemplar de su compilación de minificciones en homenaje a Don Edmundo Valadés, creador de la revista "El Cuento". El título del libro, cuidado y precioso, es "Minificcionistas de El cuento, Revista de Imaginación".
            Editado por Ficticia Editorial para su biblioteca del cuento contemporáneo, en este libro están muchos autores, casi un centenar, que trajinaron —trajinamos, porque me incluyen con dos textos de "Soñario"— las formas más breves del género, que era el preferido de aquellos enormes microficcionistas que crearon "El Cuento" en México: Don Edmundo, Juanito Rulfo y Augusto Tito Monterroso.

* Leí en un vuelo "Argos el ciego", de Gesualdo Bufalino (1920-1996), un curioso y hace unos años redescubierto escritor italiano del Siglo XX, y no sé qué decir... No es una historia que me fascine, y quizás lo más llamativo sea su estilo de presentación capitular para una especie de diario de un escritor autoconfinado en un hotel. No está mal, pero la verdad es que me desconcertó. Sentí que había perdido tiempo, por lo menos dos horas de una lectura en la que no pude engancharme. ¿No les pasa a veces que leen un libro durante horas y luego se preguntan si no hubiese sido mejor destinar ese tiempo a otra lectura? (Anagrama-Página/12).

* Ahora que la novela policial dura vuelve a estar de moda (palabra maldita que, caramba, en este texto aparece por segunda vez), tengo la fortuna de leer una novela ardua, pero interesantísima: "La estrategia del pequinés", de Alexis Ravelo, un joven narrador de las Islas Canarias a quien conocí en el reciente Festival Córdoba Mata, al que ambos fuimos invitados.
            Allí, durante un almuerzo, me obsequió este libro con una dedicatoria enjundiosa, una alusión a la influencia recibida de mi "Luna Caliente" y encima tratándome de "querido maestro". Confieso que eso hizo que yo leyera esta novela con alguna reticencia. Que por fortuna se disipó con las primeras 50 páginas, porque es una novela fascinante y convincente con la que Ravelo obtuvo, y yo diría que mereció, el Premio Dashiell Hammet 2014.
            La trama es durísima y hace honor a la mejor tradición del para mí muy familiar Género Negro. Hay allí algunos tipos delineados con maestría, y una mujer inolvidable, Cora, que es de esos personajes que se te quedan en la memoria para siempre. De veras, y eso no es algo muy frecuente en este género.

            Con tiros y muertos, mucha sangre, narcos y polis corruptos, el texto no deja de moverse —a veces, es cierto, algo borroso de tanta sangre— y te lleva de las narices y te deja sin respiro. Estupenda, recomendabilísima novela. (Alrevés).

domingo, 2 de noviembre de 2014

viernes, 31 de octubre de 2014

SIMPLEMENTE GRACIAS !!!

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GRACIAS, SIMPLEMENTE GRACIAS!

lunes, 6 de octubre de 2014

SE VIENE LA FERIA DE GUADALAJARA

En estos días me llegó un ejemplar de "Tránsitos y apropiaciones", antología de narrativa argentina contemporánea publicada por la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La selección y prólogo estuvo a cargo de Claudia Piñeiro, quien escogió relatos de 17 autores contemporáneos, y entre ellos incluyó mi cuento "Kilómetro 11".

Los otros textos que integran esta antología, que será presentada en la próxima Feria del Libro de Guadalajara, en noviembre próximo, fueron escritos por los siguientes autores/as: Hube Uhart, Luisa Valenzuela, Ricardo Piglia, Liliana Heker, Guillermo Saccomano, Martín Caparrós, Esther Cross, Jorge Consiglio, Guillermo Martínez, Martín Kohan, Sergio Olguín, Mariana Enriquez, Hernán Ronsino, Samantha Schweblin, Mauro Libertella y ella misma.

miércoles, 1 de octubre de 2014

LECTURARIO # 29 - Jitrik, López, Molfino, Krimer y más.

• Acabo de terminar "Casa Rosada", último libro —hasta ahora— del querido maestro de maestros y distinguido académico Noé Jitrik. Nacido en 1928 en Rivera, un pueblo entre bonaerense y pampeano, y siempre en plenitud, Noé viene publicando (Ediciones al Margen, La Plata) sus memorias en forma de una interesantísima saga que convoca recuerdos y vivencias familiares, literarias y políticas. Y lo hace, y a esto me importa destacarlo especialmente, con un tratamiento en el que priman la belleza poética, la sinceridad y la ternura.
            Los cinco libros que hasta ahora se publicaron, y que cierra esta "Casa Rosada", son igualmente bellos, sabios, intensos y personalísimos. En ellos, y mediante la estrategia del relato que es cuento y es semblanza, y es también recuerdo y nostalgia y juicio, Noé nos narra el Siglo XX argentino desde el punto de vista de un discreto protagonista comprometido.
            La pentalogía se completa con:
            —"Libro perdido" que lleva un subtítulo pertinente: "Marcas (apenas) autobiográficas". Fechados algunos en los años 50 y hasta 2008, son relatos personales de viajes, encuentros y descubrimientos.
            —"Atardeceres" es un libro de relatos con estructuras más definifidamente cuentísticas, e igualmente testimoniales.
            —"Los lentos tranvías" es un delicioso recorrido entre familiar y de juventud, en formatos más breves, como remembranzas espontáneas.
            —"Mediodía" está escrito también en clave de relatos autobiográficos, algunos interesantísimos por el punto de vista de una recatada primera persona que recuerda y narra como al pasar de la vida.
            No es una prosa fácil la de Noé, sin embargo, y no por acartonada sino por su empeño reflexivo con profundidad y erudición. Pero la sabiduría y las nutridas lecturas de este intelectual de excepción no impiden el acercamiento, para nada, y por eso leerlo es fascinante.
            Hoy mi amigo fraterno, como hace tres décadas compañero del exilio, Noé es reconocido como una de las figuras consulares de la crítica académica latinoamericana, director de esa obra enorme y polémica que es la "Historia Crítica de la Literatura Argentina" que en 12 tomos viene publicando Sudamericana. Y que es una obra valiosa pero en mi opinión discutible y cuestionable, y que a mí me ha interesado sólo en algunos tomos, por caso el de Sarmiento, que es sensacional. Pero cuya visión general de la literatura argentina, hasta donde yo he leído, es bastante más incompleta de lo que hubiese sido esperable, sobre todo porque es una visión, una vez más, excesivamente porteña, municipal y no exenta de soberbia, como es característica de muchas cátedras de la UBA.

• Últimamente, en los festivales Córdoba Mata! y Medellín Negro debí enfrentarme a un género —el policial negro— del que hace ya muchos años intento despegarme, aunque sin éxito. Ahora, ya veterano y siendo autor de una obra que muchos aficionados leen (mi ensayo "El Género Negro", recientemente reeditado por Capital Intelectual), me encuentro regresando a estas lecturas siempre amenas y gozosas, y en algunos casos de autores que se inician en el género.
            Ya mencioné aquí a Fernando López y a mi paisano Miguel Molfino, claro está. De éste, por cierto, acabo de leer su impresionante novela "La polio", que es como una versión literaria del art-brut, que en la pintura tuvo como gurú a Jean Dubuffet. (Editorial Wu Wei).
            Pero también descubro a una notable escritora que me impresiona con dos novelas negras estupendas: María Inés Krimer, de ella se trata, me obsequió en Córdoba "Sangre kosher" y "Siliconas express", dos novelas muy intensas protagonizadas por la detective aficionada Ruth Epelbaum, un personaje absolutamente delicioso que evoca, en su andanza desgarbada y sus investigaciones heterodoxas, a lo mejor de Raymond Chandler.
            En ambas novelas la encantadora y porteñísima detective judía que vive en un pequeño departamento del Once, donde la asiste su implacable shikse, la Gladys, se mueve con soltura y pasmosa serenidad en ambientes de ricachones y corruptos. Imposible no disfrutar las andanzas de este personaje que Krimer crea y desarrolla con elegancia y soltura. (Aquilina).

• En Medellín, como siempre en este tipo de viajes, me colmaron de atenciones y de libros. No se puede leerlos todos, y menos velozmente, pero es usual en mi caso que me deje llevar por el azar. Una portada, un nombre, un título, un hojear al acaso, de pronto me enganchan y me llevan a terminar un libro inesperado, o bien a abandonarlo sin culpa.

            En el primer caso está el grueso volumen de un hombre que proviene del mundo empresarial, escritor sólo en su vejentud, y que ha pergeñado un volumen impactante que no pude abandonar. "Desde el salón del Nunca Más" se titula este tratado —y es que lo es— de Hugo de Jesús Tamayo Gómez, un comerciante retirado antioqueño que ya veterano investiga la tragedia de la violencia en Colombia. Libro premiado en 2013 como mejor crónica, se ocupa del "desplazamiento, desaparición y muerte" de miles de colombianos invisibilizados en la larguísima guerra civil que definió al Siglo XX en ese país y que aún no terminó totalmente. El libro consta de relatos en primera persona, testimonios grabados y/o recuerdos de familiares que no por conocidos, y hasta trillados, dejan de ser impresionantes. A mí, al menos, este género (si acaso lo es, y creo que sí) jamás me resulta indiferente. (Instituto de Cultura de Antioquia).